Dos gemelos dándose un gran abrazo
Un estudio realizado por investigadores italianos de la Universidad de Padova donde observaron parejas de gemelos cuando todavía se encontraban en el vientre de sus madres.
Los científicos descubrieron que la relación táctil entre ambos bebés se iniciaba tempranamente desde el útero, explicándose así el lazo tan fuerte que los une al nacer.
Este estudio no puede ser más enternecedor. Los fetos observados se tocan el uno al otro, casi como acariciándose, un contacto en el que ponen tanto cuidado como el que emplean en tocarse partes sensibles de su propio cuerpo.
Según se pudo observar los bebés mostraron durante las semanas 14 y 18 de gestación una mayor curiosidad por conocer sus propios cuerpecitos, tocándose sus ojos, boca y acariciando la pared uterina; pero al llegar a las 18 semanas iniciaron las 'caricias' mutuas, principalmente rozando la cabeza del hermanito durante un tiempo prolongado. Concluyendo que los gestos entre hermanos no eran casuales.
Los científicos creen que esta interacción no es fruto de la casualidad, ni por la falta de espacio de los fetos dentro del útero materno, sino que nos encontraríamos ante la primera relación social del ser humano incluso antes del nacimiento.
Los expertos han definido 3 grandes grupos de movimiento a través de este estudio. El primero de ellos es un movimiento de los bebés hacia la pared uterina. Este movimiento es más tosco y menos tierno y cuidadoso que el resto. El segundo sería el que realiza el bebé para tocar su propio cuerpo. El tercero serían los movimientos que pretenden alcanzar a su gemelo, estos últimos suelen dirigirse a los ojos y a la boca.
“No hay otro amor como el amor a un hermano. No hay otro amor como el amor de un hermano.”
-Terri Guillemets-